viernes, 15 de mayo de 2009

Construyendo el futuro de otros

Al llegar a su casa, ya pasado el mediodía, lo ví descender, y bajar su pesado bolso, del taxi que lo traía de la terminal de ómnibus. Esta escena se repite cada ocho días, cuando llega a Córdoba después de cuatro días de extenso trabajo. Raúl Arce, un vecino de barrio Matienzo, es recibido por tres de sus cuatro hijos y su esposa. Su hija mayor esta cuidando a sus dos hijos en la casa que comparte con su abuela.
Con 50 años a cuestas artrosis y siendo el pilar de la economía de todo el entorno familiar, Raúl viaja cada ocho días hasta Bell Ville. El hotel Italia es prácticamente su segundo hogar. Desde allí debe dirigirse a su lugar de trabajo, en las cercanías de Monte Leña, una localidad situada a 20 Km. Durante doce horas combina labores de oficina con tareas forzosas, en una planta desde donde se controlan y regulan los oleoductos de una de las empresas petroleras más importantes del mundo. Si bien su forma de pensar entra en conflicto a veces con la ideología de su empresa, Raúl no piensa abandonar su trabajo, porque si sino no podría brindarle a sus hijos lo que para él es lo más importante y a lo que no pudo acceder totalmente cuando era joven: formación profesional.
Sus ganancias deben repartirse, no sólo en su hogar, sino también en “la otra casa”, donde ahora viven su suegra y la familia de su hija. Allí mismo residió él también durante 17 años, desde que se casó con Laura y hasta que pudo, con mucho esfuerzo, acceder al sueño de la casa propia. En la misma casa donde vio crecer a sus hijos, hoy ve las travesuras de su nieto Lautaro y los primeros pasos de su nieta Magali.
Al pasar sólo cuatro días con su familia, los vínculos se resienten y la convivencia por momentos se vuelve conflictiva. Durante cuatro días el padre de familia está ausente y a veces puede apreciarse que la costumbre vence de a poco la angustia. En muchas ocasiones, les han preguntado a sus hijos si sus padres eran separados, a lo que cada vez han tenido que explicar porqué su padre esta lejos, y cómo es su modalidad de trabajo.
Faltan sólo cinco años para su jubilación, por tratarse de un trabajo de riesgo. Aún así, lo realiza con las mismas ganas del primer día, en su primer empleo, en Catastro. Las posibilidades y comodidades que sus padres no le pudieron brindar, son las que el le brinda a sus hijos, para que puedan realizar su futuro sin obstáculos ni impedimentos.

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