El trabajo en situación de encierro, no es sólo un derecho fundamental como para cualquier ser humano, sino además, es un excelente medio para pasar el tiempo, crecer como persona y prepararse para regresar a vida sociolaboral sin inconvenientes. Pero en el penal San Martín, de la ciudad de Córdoba, Argentina, el régimen de trabajo, a raíz de un motín, fue de mal en peor.
Previamente al motín ocurrido en el establecimiento penitenciario N° 2, el régimen laboral no contemplaba las garantías exigidas en la Ley de Ejecución Penal. Sólo había puestos para 300 internos y los horarios de trabajo iban de 10 a 40 horas semanales con una paga bajísima. Este sector privilegiado, de entre los más de 1600 reclusos, estaba a cargo de las tareas relacionadas al funcionamiento del establecimiento (limpieza, mantenimiento, etc.) y a la atención de empleados, guardias y directivos de la penitenciaria. Otros, realizaban labores como, por ejemplo, panadería y fabricación de pastas. En la mayoría de los casos Pero todo esto acabo luego del motín ocurrido en febrero del 2005.
Para prevenir la adquisición de elementos punzantes y la fabricación de armas caseras, se cerraron todos los talleres y se suspendieron las tareas de los trabajadores del penal. Los controles aumentaron y se encrudeció el trato de los guardiacárceles.
Raúl, un ex policía encarcelado en San Martín, declaró a La Mañana de Córdoba, que de haberse generalizado el motín entre todos los internos, podrían haber accedido a la cocina y a los talleres. "Del pabellón nuestro no se plegó nadie (…), fijate que en nuestro sector está la fábrica de pastas y de ahí se podrían haber sacado elementos punzantes, lo mismo que de la cocina o la cantina" explicó Raúl.
Para prevenir la adquisición de elementos punzantes y la fabricación de armas caseras, se cerraron todos los talleres y se suspendieron las tareas de los trabajadores del penal. Los controles aumentaron y se encrudeció el trato de los guardiacárceles.
Raúl, un ex policía encarcelado en San Martín, declaró a La Mañana de Córdoba, que de haberse generalizado el motín entre todos los internos, podrían haber accedido a la cocina y a los talleres. "Del pabellón nuestro no se plegó nadie (…), fijate que en nuestro sector está la fábrica de pastas y de ahí se podrían haber sacado elementos punzantes, lo mismo que de la cocina o la cantina" explicó Raúl.
La destrucción de las instalaciones fue casi total, por lo que llevaría tiempo acondicionar los talleres y reorganizar el funcionamiento del establecimiento. El 29 de Marzo del 2005, el Ministerio de Seguridad publicó una gacetilla de prensa que afirmaba que "Se están tratando de reconstruir los talleres y el espacio; en este mes y medio se ha reconstruido todo lo que había quedado inutilizado detrás del motín y estamos generando las condiciones para que los internos puedan desarrollar las mismas actividades que anteriormente realizaban. Hoy el Penal está normalizado totalmente". Esta normalización será sólo respecto de la agenda política del Gobierno Provincial, porque en interior del la penitenciaria la situación no ha cambiado demasiado desde las promesas del gobernador.
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